Crecimiento Benigno de la próstata (HPB).
Es la patología benigna más común en el adulto de edad media y avanzada, el cual consiste en crecimiento normal por la edad de la glándula prostática, por lo regular inicia después de los 40 años, y dando datos de obstrucción al flujo de salida del chorro urinario, siendo éstos goteo terminal, levantarse en la noche a orinar, pujo, titubeo para iniciar la micción hasta llegar a la retención urinaria (imposibilidad para orinar), entre otros.
Su diagnóstico se realiza mediante la historia clínica, ultrasonido de la próstata y en caso necesario la exploración física, así como es obligado con la determinación en sangre del Antígeno Prostático (véase cáncer de próstata). El tratamiento es médico (vía oral) o quirúrgico: endoscópico (RTUP, láser o plasma), forma abierta o laparoscópica (depende del tamaño de la próstata).
Cáncer de Próstata.
Afecta a 1 de cada 10 hombres aproximadamente, por lo regular en mayores de 50 años, pero no excluye en menores, sobre todo si tienen antecedentes familiares de ésta patología, ya que es HEREDITARIO.
Por lo regular no causa síntomas, y cuando los causa es por estadios más avanzados y pueden ser dificultad para orinar, dolor óseo (huesos) generalizado, entre otros. Su diagnóstico es sencillo, y puede ser precoz con una cultura de detección oportuna en chequeos médicos anuales, recomendados apartir de los 40 años o si se tiene antecedente familiar, apartir de los 35 años.
El diagnóstico y chequeo consta de una determinación de antígeno prostático específico (APE o PSA) determinada en sangre [que es una sustancia secretada por la próstata y que puede ser elevada por diversas situaciones en especial], historia clínica, ultrasonido prostático y en caso necesario una exploración prostática. Cuando se tiene alta sospecha de cáncer el paso siguiente es la realización de una biopsia de próstata guiada por ultrasonido, para ser valorada bajo microscopio.
Debido a que el cáncer de próstata es una enfermedad que afecta preferentemente a hombres mayores, muchos de ellos morirán por otras causas antes de que el cáncer pueda propagarse o causar síntomas.
Litiasis - Cálculos renales.
Los cálculos renales son dos veces más frecuentes en varones que en mujeres.
La incidencia pico en hombres se observa alrededor de los 30 años; en mujeres tiene lugar en dos momentos, hacia los 35 y hacia los 55 años de edad.
La historia de familiar con antecedentes de piedras es muy frecuente entre las personas que forman cálculos.
Una vez que se forma un cálculo, la probabilidad de que se forme otro en el transcurso de los 5 a 7 años siguientes es aproximadamente del 50%.
Es más frecuente en los meses calurosos por el aumento de la sudoración con la consiguiente disminución del volumen urinario. Puede afectar cualquier trayecto de la vía urinaria, desde los riñones, uréteres, vejiga y uretra. Tiene diversas causas y los síntomas son dolor cólico acompañado en ocasiones por algún otro síntoma o signo.
Su diagnóstico es relativamente sencillo, y su manejo actualmente es de forma médica (expulsión del cálculo de forma espontánea), extracorpórea (litotripcia), endoscópica [sin heridas] (laser o litotripsia intracorporea), percutánea (un pequeño orificio) o en su caso puede ser manejado de forma laparoscópica o abierta (ésta última rara vez).
Incontinencia Urinaria.
Puede ser de esfuerzo, de urgencia, mixta o por rebosamiento.
Sus causas son diversas.
El diagnóstico del tipo se realiza mediante historia clínica y exploración física. Su tratamiento depende del tipo de incontinencia y su causa, que puede ser sólo médico hasta quirúrgico, así como tratamiento directamente a la causa que lo origina.
Hipospadias.
Malformación congénita del pene, en la cual el orificio de salida de orina no se encuentra en la punta y puede estar en cualquier trayecto del cuerpo del pene, inclusive hasta en el escroto o periné.
Su tratamiento es de cirugía reconstructiva y puede ser realizado en una o en más cirugías dependiendo de la severidad de la malformación.
Cáncer urinario
(Riñones, uréter, vejiga, pene, testículos).
Puede afectar cualquier órgano mencionado. Siendo el de testículo más común en los jóvenes y con un pronóstico poco favorable en la detección tardía.
El diagnóstico se realiza con la exploración física (crecimiento del testículo) ultrasonido y marcadores tumorales (prueba de sangre).
El de vejiga es muy común en las personas fumadoras y en mayores de 50 años con sangrado en la orina, el tratamiento puede ser endoscópico o radical, radioterapia y quimioterapia sistémica o local.
El renal es frecuente, su diagnóstico es con la historia clínica de dolor en la espalda, ocasionalmente acompañado de sangre en la orina y sensación de una masa en el abdomen, el diagnóstico temprano nos puede llevar a un tratamiento curativo mediante cirugía radical, ya sea convencional o laparoscópica..
Cirugía láser de próstata Holep.
La enucleación de próstata con láser de holmio (HoLEP) es una alternativa moderna al procedimiento estándar de resección transuretral de la próstata (RTUP) para la obstrucción del flujo de salida de la vejiga debido a la Hiperplasia prostática benigna. Requiere un corto período de hospitalización y anestesia.
El objetivo de HoLEP es aliviar la presión sobre el tubo a través del cual la orina drena (uretra) enucleando anatómicamente la mayoría del exceso de tejido prostático benigno. Es realizada con una cámara endoscopica y anestesia regional, requiere un corto período de hospitalización y anestesia.
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La cirugía asistida por robot es mínimamente invasiva para una serie de enfermedades y afecciones urológicas entre las cuales:
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